Paro, me miro, aparto los ojos... vuelvo a levantar la vista, el espejo, otro cuerpo... ¿soy la misma? no logro verme, lo intento... y en el reflejo te veo...lo entiendo...otro cuerpo, otra sonrisa, quizá una expresión distinta, madura, pausada, serena, quizá algo mas vieja, distinta... silencio...suspiro... a medias sonrío, tierna y tranquila.
Te miro...me llenas...ahora se que nada es por fuera... y lo que veían mis ojos insignificante queda, nada cambia lo que dentro suena...



jueves, 24 de febrero de 2011

Las letras que soñaban ser palabra

Había una vez dos letras que soñaban ser palabras...pero ellas sabían que siendo dos...no podrían nunca llegar a ser más que una simple conjunción...tropezaban constantemente enredándose en su lengua, probando combinaciones imposibles, piruetas del lenguaje sin sentido. Mientras, apoyadas sobre sus labios envidiaban al oírlas: " Palabras, qué bellas, cómo suenan, se decían, míralas siendo siempre fieles a si mismas, nosotras sin embargo simples letras nos tenemos que ajustar al sonido que nos toque y ni siquiera tiene sentido...."

Las pobres letras se sentían tan tristes, tan desdichadas, sentían que su objetivo en la vida no era más que ser un ruido absurdo provocado por la vibración de las cuerdas, cuerdas que no tocaban melodías de palabras sino dos tristes notas que nada significaban...
Un día, entre líos y enredos, entre piruetas y saltos, entre idas y venidas, la cuerda tocó la sílaba, y dulce y armónica vibro dentro de su boca, entre sus labios con su lengua, y la ilusión de sus ojos lo dijo todo... 

" Casi..." pensaron las dos letras..." Casi...lo conseguimos...¿ la viste?- le decía una a la otra? ¿ pudiste ver su cara?"
" Sí, la pude ver un instante...y puedo decir que jamás vi unos ojos brillar con tanta intensidad"

Por hoy las dos pequeñas letras se sentían grandiosas, poderosas, su vibrar había conseguido iluminar sus ojos, aunque sólo fuera un segundo...sólo un segundo, sus ojos se iluminaron con la esperanza de escucharla...

Y a partir de ese día, las dos letras jugaron a ser sílaba, por el momento, era tan bella la sensación, sentir tan cerca ese momento, cada día veían sus ojos iluminarse, su sonrisa aparecer, su ternura al escucharlas, ellas eran el motivo de su esperanza...

Y un día ocurrió, y del azar mas inesperado, entre sus labios mojados, con la lengua enredando las letras, sin querer y sin buscar, sin tardar pero sin esperar, llegó el momento, y el momento se convirtió en un segundo eterno que recordar toda la vida, y los ojos brillaron hasta derramarse con la emoción y fue ese instante en el que las dos sílabas se convirtieron en palabra y te escuché decir: MAMÁ


1 comentario:

  1. me parece brutal tu forma de describirlo... es así, juguetean las letras hasta que "suena" la sílaba y luego la palabra. Del mismo modo que consiguen agarrar el primer sonajero o dar el primer paso...

    Qué forma más bella de describirlo.

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